Joya de Cerén, al igual que los parques arqueológicos Cihuatán, San Andrés, Casa Blanca y Tazumal, estará abierto del 1 al 7 de agosto, de 9:00 a. m. a 4:00 p. m.
El viceministro de Cultura, Eric Doradea, recorrió el Parque Arqueológico Joya de Cerén este 31 de julio, en el marco del plan vacacional por las fiestas de San Salvador.
“En estas Fiestas Agostinas, invitamos a las salvadoreñas y salvadoreños a conocer Joya de Cerén. Van a sentir orgullo del patrimonio arqueológico que tenemos en El Salvador. Es importante conocer lo que nos antecede para visualizar hacia dónde vamos como país”, manifestó el viceministro Doradea.
Joya de Cerén fue una aldea agrícola habitada por pobladores de origen maya entre el 550 al 650 d. C., año en el que, se supone, el lugar fue sepultado por las cenizas de la erupción del volcán Loma Caldera.
En el sitio puede apreciarse cómo era la vida cotidiana de la gente a través de los restos de estructuras habitacionales, bodegas, un temazcal o baño sauna y una cocina, vasijas de cerámica y restos de alimentos, plantas y animales domésticos. Por su conservación, Joya de Cerén es considerada la Pompeya de América.
Por todo ello, fue declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1993, debido a que es un testimonio único de la vida diaria de gente común durante el período Clásico maya y proporciona evidencia de la vida cotidiana de una comunidad agrícola mesoamericana del siglo VII d. C., explicó el viceministro Doradea.
Tras concluir con éxito el proyecto Construcción de Obras de Protección y Mejoramiento del Parque Arqueológico Joya de Cerén, fue reabierto al público en diciembre de 2021, con el edificio del museo de sitio renovado con nueva iluminación, mobiliario y guion museológico en español, francés e inglés, así como una muestra de material cerámico, lítico, improntas de yeso y restos fáunicos.
Como parte de dicho proyecto se llevó a cabo una investigación y estabilización de taludes de ceniza, la construcción de senderos y de nuevas y amplias cubiertas de los complejos arqueológicos 1, 2 y 3, lo cual permite a los visitantes tener diferentes ángulos de apreciación de las estructuras arqueológicas en un recorrido de casi 500 metros, con señalización interpretativa en español, francés e inglés.
Cuenta también con maquetas, información en sistema braille y piso podotáctil, que sirve para que las personas con discapacidad visual puedan orientarse en el parque.
“Joya de Cerén es un espacio con accesibilidad universal: las maquetas se pueden tocar y desmontar para que una persona ciega pueda, a través del tacto, comprender cómo son las estructuras del sitio; el objetivo es que todos podamos disfrutar de nuestra cultura”, indicó el vicetitular de Cultura.
El parque está ubicado en el km 35 sobre la carretera que de San Salvador conduce a San Juan Opico, departamento de La Libertad.
El costo de la entrada a los parques arqueológicos para salvadoreños es de $1.00, centroamericanos y extranjeros residentes $3.00, y no residentes $5.00. En el caso de Joya de Cerén, los salvadoreños pagan $1.00, centroamericanos $3.00, extranjeros residentes $7.00 y no residentes $10.00.
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